Oración a San Luis Gonzaga
Hay veces que en nuestra vida diaria que nos sentimos desanimados, días en los que nuestro nivel espiritual se encuentra muy bajo. En momentos como eso, podemos acudir a Dios a través de la oración; ya que es un medio poderoso que nos ayuda a sentirnos confortable con nosotros mismo.
Para elevar nuestro nivel espiritual, podemos acudir al enviado de Jesucristo, San Luis Gonzaga, conocido como el patrono de la juventud, ya que este posee el poder celestial de servicio al prójimo. A su vez es el encargado de poder brindarte ayuda cuando este presentado problema, es decir que no es capaz de desampararte en ningún momento.
La oración a San Luis Gonzaga es muy poderosa y te ayudará a solucionar tus problemas y recibir lo que necesitas, es muy importante que la hagas con fe y confiando en su buena intercesión ante el trono divino.
El 21 de junio se conmemora el día de San Luis Gonzaga y sus creyentes aprovechan la oportunidad para elevar sus plegarias a este santo quien dio su vida por ayudar a los demás. Con fe y confianza le oramos para que sean escuchadas nuestros deseos y concedido el milagro.
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Oraciones a San Luis Gonzaga
Para pedir por los enfermos
Dios, tú que al distribuir tus dones celestiales, le otorgaste al joven San Luis Gonzaga el espíritu angelical y del servicio al prójimo, te pido por su intercesión, que me conceda las gracias de la sanidad de cuerpo, mente y alma.
San Luis, tú que dedicaste tu vida al servicio y entrega de los demás, te clamó para que les entregues a los enfermos la fuerza necesaria para salir de esa mala situación. Te ruego que los ayudes a vivir una vida plena, llena de alegría y paz.
Ayúdalos San Luis, a eliminar de su camino toda maldad, todo sufrimiento, toda carga; concédele el poder de imitar tú espíritu de sacrificio de bondad y el deseo de vivir con pureza interior cada día de su existencia para que siempre vayan con la voluntad de Dios.
Tú que estás adornado de buenas costumbres, te encomiendo su cuerpo y su alma para que la guardes en santidad y sea digno de entrar en el reino de los cielos; y pido que lo guardes en el más puro amor y siempre lo guardes del pecado, además que rejuvenezcas todo de él ser que este en decaimiento.
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Para resolver problemas o casos difíciles
San Luis Gonzaga, acudo ante ti porque conozco de tus modales angelicales y de tu inocencia maravillosa para que me concedas fortaleza para no decaer y paciencia para no desesperar en estos momentos difíciles.
Tú, que tienes un espíritu fiel de servicio y entrega al prójimo, te pido por tu intercesión para que me ayudes a aliviar mi sufrimiento y mi angustia. Te ruego que me ayudes a vivir con pureza interior cada día de mi existencia.
Poderoso San Luis, guárdame de todo pecado grave; no permitas que mi alma se infecte con ninguna impureza, aleja de mí todo pensamiento y afecto impuro, imprime en mi corazón el sentimiento del temor de Dios. Enciéndeme con amor divino, para que, imitándote en la tierra, merezca gozar de Dios.
San Luis, te encomiendo mi cuerpo y mi alma para que se guarden en santidad y sea digna de entrar en el reino de los cielos. Te pido que nunca permitas que se manche mi alma con alguna impureza, líbrame de la tentación y el peligro. Te lo ruego por nuestro señor Jesucristo. Amen.
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Para obtener un favor
San Luis, tú que eres un fiel seguidor de Cristo y posee un espíritu limpio, dispuesto al servicio de los más necesitados, te pido que me ayudes a aliviar todas mis angustias, preocupaciones y sufrimientos, y te ruego que me ayudes a poder recibir lo que tanto anhela mi corazón.
En este día y a esta hora clamo por tu poderosa intercesión, pido porque siempre me concedas esa fortaleza para no poder flaquear y toda la paciencia para no desesperarse mientras tú cumples mi petición.
San Luis, tú que estás adornado de buenas costumbres, hoy quiero pedirte que me ayudes a seguir tu ejemplo, a tener ese espíritu de sacrificio que te caracteriza para poder vivir con la pureza divina.
No permitas, San Luis, que me resbale y yo llegue a pecar, aleja mi corazón de la perversidad y de los malos pensamientos. Siempre mantén en mí ese anhelo vivo de tener presente a Dios.
Te pido que siempre infundas en mí ese temor por Dios, que me permita alcanzar su infinita y buena misericordia, que siempre pueda yo imitar sus pasos y ser mejor cada día. Sé que en tu infinita bondad escuchará mis plegarias y concederá mis deseos. Amen.