Oración a San Ignacio de Loyola

Bendito San Ignacio de Loyola, fiel siervo de Dios que te has encargado de lograr que su palabra se cumpla aquí en la Tierra. La devoción a Nuestro Señor se ha mantenido por los siglos anteriores gracias a la devoción de ti y otros santos.

Te ruego el día de hoy que intercedas por mi ante el Señor en el reino de los cielos y le hagas llegar mis súplicas que con gran devoción y humildad te hago en los momentos de mayor dificultad.

Protege mi cuerpo, mi alma y mi espíritu de todo el mal que me rodea. Vivimos en una sociedad corrompida donde el demonio ha soltado los pecados capitales para que se apoderen de las almas más débiles.

Dios se encuentra en mi espíritu y dentro de mi cuerpo no hay espacio para la maldad, la ira o la rabia, por lo que te ruego que me des la valentía de enfrentarme directamente a todos los males que me rodean.

Ayúdame a alejar de mi vida a las personas tóxicas que solo quieren traer daño y destrucción con sus palabras y sus acciones. Dios me ha enseñado a vivir con felicidad, bondad y perdón en mi corazón, ayúdame S. Ignacio a alejar las malas influencias que quieren oscurecer mi alma a costa de pecado disimulado.

Aleja de mi la tentación, la lujuria y la avaricia. Mi alma es pura y te pertenece.

Amen.

Querido San Ignacio de Loyola
que has dedicado tu vida entera a proteger la palabra de Dios y a los siervos
del Señor en la Tierra. Fuiste militar y con tu fuerza, valentía y conocimiento
en estrategias sabes como deshacerte de manera rápida y silenciosa de los
enemigos del Señor.

Escucha mis plegarias el día
de hoy para alejar de mi vida todos los males que me rodean, en especial
aquellos que se disfrazan de falsos amigos y que solo buscan herirme o verme
fracasar en mis planes a futuro. No hay espacio en mi vida para personas
mentirosas que con engaños pretenden superponerse a los demás, por lo que te
ruego que me enseñes a defenderme de ellos de la manera más efectiva.

Ilumíname con tu conocimiento
sobre defensa y protección y dame la valentía para reclamar mis derechos ante
aquellos que quieren quitármelos o quieren callar mis palabras de súplica. Tú
me conoces mejor que nadie y puedes llevarme por el camino correcto.
Conviérteme en una persona mejor.

Amen.

Oh, Padre Celestial, vengo a
Ti hoy, inclinando mi cabeza y abriendo mi corazón, pidiendo protección contra
todo el mal que este mundo tiene. Te ruego que le des toda tu misericordia a tu
fiel servidor, San Ignacio de Loyola, a quien con gran devoción acudo en los
momentos más oscuros de mi vida.

San Ignacio, esta sociedad está corrompida y nos asaltan momento a momento con imágenes en la televisión, Internet, libros y periódicos que nos dejan vulnerables al pecado de todo tipo, todos los días. Rodéanos de tu divino seto de protección irrompible.

Envuélvanos con tu fuerza y
tu poder glorioso para poder definir el bien del mal, dey poder diferenciar en nuestro
entorno las personas que ya han sido corrompidas por el pecado. Que todos los
que se refugian en ti y en el Señor sean felices y se sientan seguros a tu lado.

Por favor, abriga a todos aquellos que te aman y te veneran. Con gran devoción te ruego, que intercedas por mi y mi familia ante Dios para conseguir la protección completa ante la maldad que reina en el mundo.

Porque eres tú quien bendice
al justo y a los que entregan sus vidas al Señor.

Amen.